“Pero, ¿esto duele?”. ¡En absoluto! La implantología dental es un técnica predecible y fiable. Por ello podemos asegurar que se colocan implantes dentales sin dolor para el paciente.
Pero vayamos por partes. Algunos de los tratamientos de implantes se realizan en la misma sesión en la que se ha extraído un diente que estaba en una fase irrecuperable. Aquí, la posibilidad de sentir dolor con la extracción también preocupa al paciente.
La extracción del diente se produce bajo anestesia local. Cada diente, en función de sus características, requiere que la anestesia se administre de una forma u otra. Esto permite realizar la extracción sin dolor.
Una vez se ha extraído el diente llega la hora de colocar el implante. Según las condiciones del hueso de los maxilares (cantidad y calidad), el especialista elige el implante que por forma y dimensiones mejor va a sustituir al diente natural. Con la anestesia local que se había administrado para la extracción del diente natural es más que suficiente para abordar el anclaje del implante de forma indolora para el paciente.
Para los casos de elevada ansiedad existe la sedación consciente como complemento a la anestesia local. Esta sedación consciente permite al paciente permanecer totalmente relajado durante la intervención. Se trata de una técnica que solo puede ser ejecutada por un anestesista, por lo que no la ofrecen en todas las clínicas.
¿Qué pasa en las horas posteriores al tratamiento?
Una vez acabada la intervención, se le da al paciente una serie de recomendaciones y una pauta analgésica por si aparece alguna ligera molestia, cosa que no es frecuente.
Y para que todo el proceso se desarrolle con normalidad es clave el diagnóstico. Mediante una ortopantomografía o un TAC, según el caso, el especialista propondrá la mejor solución al paciente para que el tratamiento resulte duradero, confortable e indoloro.