El dolor dental es una experiencia molesta y, a veces, puede ser difícil de localizar. Sin embargo, hay casos en los que el dolor no se limita al área afectada inicialmente. Este fenómeno se conoce como dolor irradiado dental.
Por ejemplo, una infección en una muela del lado derecho puede provocar dolor en esa misma pieza; y hablaríamos de dolor localizado, o un dolor que se irradia hacia el oído o incluso hacia el cuello (dolor irradiado o referido). Este dolor que se siente en áreas distintas a la fuente original representa un desafío tanto para los pacientes como para los profesionales de la odontología.
¿Cómo somos capaces de manejarlo?. En primer lugar, es fundamental identificar la causa subyacente. Esto implica tanto escuchar al paciente como hacer y estudiar radiografías, exploración intraoral y pruebas complementarias que nos permitan llegar a la raíz del problema y establecer un diagnóstico diferencial.
El tratamiento de la causa real del dolor puede implicar desde la administración de fármacos, tratamientos en el gabinete por parte del profesional o el abordaje multidisciplinar de la patología por varios especialistas (ortodoncistas, fisioterapeutas, neurólogos u otros especialistas). La toma de analgésicos o antiinflamatorios mientras se resuelve la causa puede ser una herramienta que el profesional considere para hacer el proceso más llevadero.
En resumen, el dolor irradiado dental puede ser un desafío tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud dental. Sin embargo, con la ayuda de un especialista, un diagnóstico preciso y un enfoque integral para abordar la causa subyacente, es posible aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida dental del paciente.
Si experimentas dolor dental irradiado, no dudes en consultar a tu odontólogo de confianza para obtener orientación y tratamiento adecuado.
