Cada vez son más los pacientes que solicitan tratamientos de implantes dentales porque son que son la mejor forma de recuperar la funcionalidad y la estética cuando se ha perdido uno o más dientes. La implantología dental requiere de unos conocimientos tan específicos que van más allá de la formación que recibe el odontólogo durante la universidad. Los implantólogos de Vericat cursan de un postgrado con el que iniciarse en la práctica quirúrgica para realizar tratamientos con implantes.
EL DR. VERICAT, UNA REFERENCIA EN LA FORMACIÓN DE IMPLANTÓLOGOS
Entre la oferta formativa disponible para los odontólogos destaca el Máster en Implantología Oral dirigido por el Dr. Albert Vericat y coordinado por el Dr. Vicente Antonino. Se trata de un programa de un año de duración con una carga práctica del 80% y en el que cada alumno coloca un mínimo de 50 implantes.
Este máster apuesta por la filosofía que el Dr. Vericat tiene en clínica: la carga inmediata. Se trata de la técnica que permite la extracción de los dientes irrecuperables, la colocación de los implantes y, a continuación, la colocación de los dientes fijos. Toda en la misma sesión.
Tras el postgrado, el odontólogo ha adquirido los fundamentos teóricos y prácticos para iniciarse en la realización de tratamientos de implantes.
Pero el Dr. Vericat eleva el nivel de exigencia para todos los miembros de su equipo, ya que estos deben realizar una formación extra. Se trata de un programa profesional avanzado en el que los futuros implantólogos de Vericat se nutren de la gran casuística que se da en clínica. Esto hace que el grado de especialización de los implantólogos sea máximo, lo que contribuye a realizar tratamientos con un alto grado de satisfacción por parte del paciente.
Además, todo se hace desde los tres principios que guían la actividad en Vericat Implantología Inmediata. En primer lugar, desde el rigor profesional, para elegir la técnica más indicada para cada caso con la responsabilidad que ello conlleva. En segundo lugar, desde la pasión por el trabajo bien hecho. Y en tercer lugar, desde el respeto al paciente que es, en definitiva, quien da sentido a todo lo que se hace.
